El omotenashi en Japón va mucho más allá de lo que conocemos como hospitalidad. Aunque a menudo se traduce como tal, este concepto es más profundo y complejo, difícil de definir completamente.

Omotenashi no es solamente ofrecer un buen servicio, es una actitud que busca mantener la armonía y anticiparse a las necesidades del otro, creando experiencias que exceden las expectativas sin esperar nada a cambio.

En Japón, esta forma de hospitalidad es parte de la vida diaria, desde las interacciones en pequeños comercios hasta los servicios en hoteles tradicionales. Para ellos, no es un deber, lo hacen con el máximo cuidado y dedicación, utilizando todos los recursos disponibles para brindar satisfacción. De está forma, no solo se enfocan en ayudar al otro, sino que también de disfrutar al hacerlo, incluso en los gestos más simples.

La profundidad del omotenashi radica en su enfoque altruista, es un compromiso personal para garantizar que quien recibe el servicio se sienta valorado. Es precisamente por esta dedicación que en Japón no es costumbre dejar propina. De hecho, los japoneses pueden considerarlo inapropiado o incluso ofensivo, ya que el servicio debe ser impecable por naturaleza, sin esperar ninguna recompensa adicional.

Esta filosofía refleja una forma de vida centrada en la empatía, es una manifestación de la cortesía profunda de la cultura japonesa. En occidente, donde la prisa y el interés personal suelen dominar, vale la pena recordar que un simple acto de generosidad puede tener un impacto profundo y duradero.